6 pasos para establecer y conseguir metas


 Por Francisco Alcaide Hernández

Todos tenemos metas; todos queremos conseguir metas; pero la mayoría de la gente se queda a mitad de camino —más si son ambiciosas— y al final desiste. Y lo peor en esta vida es resignarse, creer que la vida es algo que sucede y no algo que uno hace que ocurra. Ya lo decía el escritor francés Honoré de Balzac: «La resignación es un suicidio cotidiano».

El éxito se resume en una palabra: Autorresponsabilidad. Si hay un rasgo que define a las personas de alto rendimiento es que se hacen responsables de sí mismas; o lo que es lo mismo, siguen el principio: ‘va a ocurrir porque yo voy a hacer que ocurra’. No caen en las excusas —mentiras que nos decimos a nosotros mismos—, ni en buscar culpables —rasgo común de los perdedores profesionales—, ni en el victimismo —la teoría de la conspiración contra mí—, ni en el quejiquismo —actitud de los inmaduros—, ni en todos aquellos comportamientos que eluden responsabilidades para poder dormir tranquilos por la noche y escurrir el bulto.
Te dejo 6 pasos para el establecimiento y consecución de metas.
1. DEFINE CON CLARIDAD LO QUE QUIERES
Lo hemos dicho muchas veces: «La principal causa por la que la gente no consigue lo que quiere es que no sabe lo que quiere». Y quien no sabe lo que quiere acaba donde no quiere estar. Existe una relación muy estrecha entre claridad de metas y lo que finalmente se consigue. Y otra cosa que es importante. A la hora de establecer tus metas, mira hacia tu ‘interior’ y no te dejes seducir por el glamour ‘exterior’. La mayoría de la gente establece sus metas en función de lo que está de moda porque es una forma de obtener aceptación social: cool-hunter, coach, personal shopper, community manager… El éxito parte siempre de la autenticidad, de ser fiel a ti mismo: lo que te hace diferente, te hace único; lo que te hace diferente, te hace especial. No lo olvides: Desear no es ‘decir’ lo que se quiere, desear es ‘sentir’ lo que se quiere. Por eso Goethe afirmaba: «Si no lo sientes, nunca lo lograrás». Lo importante de los sueños no es cuáles son, sino que sean propios, tuyos, personales, y no prestados.
* No dejes de leer el post: ¿Tienes clara esta pregunta?
2. DISEÑA UN PLAN DE ACCIÓN
Sin un plan, sin método, sin estrategia, uno se convierte en una veleta que queda a merced del viento que sopla en cada momento. Tener un Plan es decidir Qué hacer, Cómo hacerlo, Cuándo hacerlo y Con Quién hacerlo. Es poner por escrito la hoja de ruta, un itinerario que nos permite evitar perder tiempo, energía y esfuerzos. Diseñar un Plan para nuestras Metas es como organizar un viaje: se decide primero dónde y cuándo ir,  luego cómo ir y hospedarse, y por último qué llevar.
* No dejes de leer el post: Los tres pilares de Anthony Robbins.
3. PONTE EN MOVIMIENTO
La acción es la perfección de la decisión. Si decides algo y no actúas, no has decidido nada. Sólo se van encontrando respuestas en la acción. La acción es el puente entre nuestros sueños y la realidad. La acción es la verdadera medida de la inteligencia, porque la inteligencia es inteligencia práctica. Inteligencia no es ‘saber’, inteligencia es ‘hacer’. El peor vicio que se puede cometer es el de quedarse quieto, parado, inmóvil a que se den las circunstancias perfectas. Nunca ocurre y además el tiempo trascurre y cada hora que pasa ya no vuelve. Lo decía Karen Lamb: «Dentro de un año te arrepentirás de no haber empezado hoy».
4. NUNCA PIERDAS EL FOCO
Si quieres tener éxito, aprende a enfocarte. La excelencia exige foco. Enfocarse tiene ‘magia’. Decide una única prioridad —coach, conferenciante, emprendedor, escritor…— y pon toda la carne en el asador ahí, organiza todas tus actividades en torno a ese objetivo. En lo que te concentras, se expande. Eres tu atención. Si te desenfocas, la energía se dispersa. Y la dispersión es uno de los grandes enemigos en la consecución de metas. Personas de éxito, personas de foco. Las personas que son referentes en sus áreas de actividad se han volcado en eso que soñaban de manera obsesiva, teniendo el coraje de decir ‘no’ a otras tentaciones que aparecían por el camino. Como apunta el actor Will Smith: «Nunca hay que tener un plan B porque te distrae del plan A».
* No dejes de leer el post: El peligro de perder el foco.
5. SÉ FLEXIBLE DURANTE EL CAMINO
Las cosas nunca marchan como uno había previsto. El guión hay que ir adaptándolo a medida que se avanza. Lo importante es no perder nunca de vista el objetivo e ir encontrando alternativas a los múltiples escollos que van surgiendo. Por eso, es muy importante tener actitud positiva para no desanimarse. Al final todo se resume en cómo pasar del punto A (donde estoy) al punto B (dónde quiero estar), y de lo que se trata es de encontrar el ‘cómo’. Ensayo y error hasta dar con la tecla adecuada. La cuestión no es si algo es o no posible —todo lo es— sino cómo conseguirlo. Ya sabes: «Si una y otra vez te haces la misma pregunta, no cabe duda que terminas encontrando la respuesta».
6.  JAMÁS TE RINDAS
El trabajo más duro es siempre no rendirse. En el camino hacia la consecución de nuestras metas aparecen siempre multitud de obstáculos: fracasos, errores, críticas, dudas, bajones emocionales… En esos momentos, lo que pide el cuerpo es irse al refugio, abandonar; pero ahí es donde hay que demostrar resistencia emocional, ser mentalmente fuerte. La resiliencia no es otra cosa que la capacidad de estirar la frontera del dolor. Permítete todos esos sentimientos, pero continua pedaleando. Ya sabes lo que hemos dicho muchas veces con palabras de Robert Frost: «Todo lo que he aprendido en mi vida se resume en dos palabras: sigue adelante». En esta vida nadie fracasa, sólo hay gente que desiste. Hay mucho poder en insistir y no venirse abajo: el éxito es una cuestión de perseverar cuando los demás han renunciado.

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