Por Pablo Peñalver
Ya conocemos la estrategia que vamos a seguir. Ahora nos corresponde traducir esa idea de empresa que tenemos en términos de objetivos.
Como sabemos los objetivos son la descripción anticipada de las metas que queremos conseguir. A nivel empresarial actuaremos en dos niveles:
- Definir la visión de la empresa, es decir, las grandes metas que queremos conseguir con nuestra empresa, y conocidos como objetivos a largo plazo, generales y cualitativos. Entre éstos, a modo de ejemplo, podemos citar:
- Ser lider del mercado.
- Aumentar los activos.
- Crecer.
- Supervivencia.
- Por otra parte, y como los objetivos generales son muy amplios y lejanos, deben concretarse en objetivos más cercanos, objetivos cuantificables y a corto plazo, es decir, son las metas a consehuir. Estos objetivos serán el punto de referencia para establecer la estrategia de marketing, y cómo no, las políticas de marketing más adecuadas para instrumentalizar la estrategia elegida. Entre otros, son ejemplos de objetivos a corto plazo:
- Aumentar las ventas un 20%.
- Generar unos beneficios de 150.000,00€.
- Abrir dos tiendas nuevas el año próximo.
- Renovar la mitad de la maquinaria el próximo año.
Cabe recordar que los objetivos deben ser medibles, claros, alcanzables, desafiantes, realistas y coherentes. Sólo así serán el auténtico norte que guiará nuestra actuación.
Para aclarar estos aspectos podemos visualizar el siguiente vídeo:
Publicado en Proyecto Empresarial 2.0. Post original aquí.