Tablero de Comando de la actividad ganadera (2)

por Santiago Fernández

 
gestiongan

Como se dijo en nuestro post anterior, el diseño del CMI requiere la definición de las perspectivas que se van a considerar. El criterio asumido es el de respetar básicamente las perspectivas propuestas por los creadores de la herramienta (Kaplan y Norton), es decir las perspectivas: financiera, del cliente, de procesos internos y de aprendizaje y crecimiento. El motivo de tal decisión es el de evitar dañar la consistencia del modelo original de los autores.

Sin embargo, y tomando como referencia algunos trabajos sobre CMI aplicados al sector, y atribuyendo suma importancia a la sustentabilidad (aspecto suficientemente reconocido académicamente), se propone agregar la misma como una quinta perspectiva. Se sostiene que de esta forma, se deja mucho más claro que la conservación de los recursos (tierra, capital, trabajo y empresario), es clave para el desarrollo a largo plazo con éxito de la actividad.

Así mismo se propone cambiar la denominación de la perspectiva del cliente, por la de “Cliente / Mercado”, simplemente como forma de reconocer que más que satisfacer necesidades de clientes específicos, en la actividad ganadera se procura satisfacer al mercado comprador, de manera mucho más general, toda vez que normalmente se comercializa en mercados concentradores, remates, ferias, etc. en donde los compradores realizan sus transacciones en base a sus necesidades, ciertamente mucho más homogéneas que en otro tipo de mercados.

De esta manera podríamos establecer una visión y misión para el sector que estamos desarrollando y que sirva como base para el planteo del CMI.

Visión: Desarrollar una producción ganadera con un alto porcentaje de rentabilidad frente a las adversidades de la economía Argentina dentro de un marco que demanda en forma constante, cantidad y calidad en los alimentos, construyendo un espacio de convivencia armónico con la agricultura.

Misión: Apostar a la producción de carne bovina de la mas alta calidad acorde a las necesidades y demandas del mercado argentino como internacional, gestionando recursos como la tierra y los sistemas de alimentación en forma eficiente.

A continuación se establecen las distintas perspectivas seleccionadas para armar el CMI con sus correspondientes objetivos estratégicos delineados a partir de las respuestas a cada una de las preguntas.

Perspectiva financiera. ¿Qué debemos hacer para satisfacer las expectativas de los dueños del negocio pecuario?

Debe lograrse rentabilidad de forma sustentable, de manera de generar crecimiento para el negocio e ingresos para los propietarios. El camino de la productividad, es sin dudas la estrategia más usada por la empresa agropecuaria dado que no existen dificultades ni esfuerzo comercial para vender.

Dadas las características de la actividad y su entorno, se requiere una adecuada gestión del riesgo, que estabilice los resultados, y permita la sustentabilidad del negocio.

Finalmente, tanto la sustentabilidad como las necesidades de los propietarios requieren de la liquidez necesaria para la operatividad del negocio y para permitir los retiros empresariales.

a)    Mejorar la rentabilidad de forma sustentable

b)    Optimizar costos y rendimientos

c)    Mejorar la eficiencia en activos invertidos

d)    Bajar niveles de riesgo

e)    Preservar el nivel de liquidez

Perspectiva del cliente / mercado. ¿Qué debemos hacer para satisfacer las necesidades del mercado comprador?

Debe producirse carne de la calidad que el mercado comprador requiere, en los momentos y cantidades que el mercado la necesita, a manera de política de abastecimiento. Esto incluye tres ejes importantes como la calidad del producto, una logística de salida que permita la disponibilidad temporal de la hacienda para la venta, y todo sustentado en un adecuado conocimiento y seguimiento de la evolución del entorno en que se desenvuelve el negocio ganadero.

El bovino en pie, individualmente considerado, deberá poseer un determinado peso vivo, grado de engrasamiento, condición corporal, raza, sexo, edad, etc.; y los lotes de bovinos deberán cumplir con un objetivo de homogeneidad. Resulta compleja la medición de muchos de dichos atributos de calidad, pues en la venta de animales en pie, es difícil estimar las características comerciales tales como el peso, la estructura muscular, el grado de engrasamiento y el rendimiento en res de los bovinos puesto que en este tipo de transacciones no se utilizan instrumentos de precisión.

Por otra parte, un atributo de importancia cada vez más relevante en los mercados es la trazabilidad de los productos, característica que los productores deben procurar cumplir, no solo por normas reglamentarias.

a)    Producir carne de la mas alta calidad

b)    Abastecer el mercado interno y externo

c)    Monitorear las variables clave del entorno

Perspectiva de procesos internos. ¿En qué procesos debemos ser excelentes para satisfacer esas necesidades?

Es importante tener en cuenta que la ganadería genera una serie de beneficios que van más allá de la producción de carne en si misma. Estos son de alguna manera “externalidades” a la ganadería propiamente dicha y muchos de ellos son aprovechados por la agricultura en su integración y complementariedad dentro del sistema productivo.

Algunos ejemplos de lo señalado son la estabilización de la producción agrícola, mediante su contribución vía rotaciones, haciendo posible el sostenimiento de rindes agrícolas en el tiempo sin “costos” erogables en el mercado; la liberación temporal de hectáreas para uso agrícola a través de los procesos de intensificación que pueden lograrse con los corrales de encierre o suplementación; la eliminación de importantes costos de flete agrícola vía el uso de granos de propia producción; la posibilidad de retener granos y vender a mayor precio, o bien comprar insumos agrícolas de contado a precios convenientes, todo gracias a la diversificación en el tiempo de los flujos de fondos que posibilita la producción ganadera, etc.

De esta forma puede decirse que la ganadería aporta sustentabilidad no solo de forma intrínseca a la propia actividad (dañando menos el suelo e inclusive efectuando aportes), sino también ciertos efectos externos para con la agricultura, o en definitiva para con el sistema productivo en si mismo.

De forma genérica los procesos internos de la empresa ganadera deben estar orientados, por una parte a la eficiente producción de carne, complementados por una adecuada gestión logística tanto de entrada como de salida y una eficiente actividad de comercialización que permita captar los mejores precios del mercado; y por el otro al usufructo de la integración y complementación agrícola-ganadera.

De esta forma, el objetivo no es necesariamente una eficiente producción de carne (elevada producción de carne por hectárea), sino también una producción que aunque no sea tan alta, libere temporalmente superficie para uso agrícola, usufructuando los rendimientos y rentabilidad de esta última. Aparece entonces el importante objetivo de la integración y complementación agrícola-ganadera.

a)    Producir carne en forma eficiente

b)    Optimizar el manejo productivo

c)    Preservar la sanidad y el bienestar del animal

d)    Optimizar la disponibilidad forrajera

e)    Gestionar la infraestructura

f)     Gestionar adecuadamente insumos y servicios

g)    Eficiencia comercial

h)    Eficiencia logística entrada y de salida

Perspectiva de aprendizaje y crecimiento. ¿Qué aspectos son críticos para poder mantener esa excelencia?

Según los desarrolladores del CMI (Kaplan y Norton) existen tres categorías dentro de esta perspectiva, las cuales son la capacidad de los empleados, la capacidad del sistema de información y la capacidad de Management. En el marco del tipo de empresa bajo análisis, resultan críticos el desarrollo y sostenimiento de la capacidad de adquirir, compartir y aplicar las mejores prácticas productivas ganaderas, la gestión de los recursos humanos y la información. Sin dudas, tres aspectos completamente interrelacionados que se retroalimentan, toda vez que la aplicación de los conocimientos adquiridos requiere de recursos humanos motivados, y altamente capacitados, y una gestión de información que permita captar, procesar y emitir información de forma eficiente.

a)    Adoptar mejores practicas ganaderas

b)    Gestionar los RRHH

c)    Motivar al personal

d)    Capacitar al personal

e)    Intercambiar información

Perspectiva de sustentabilidad. ¿Qué recursos deben conservarse para que el negocio sea sostenible en el largo plazo?

La sustentabilidad en el largo plazo del negocio ganadero depende de la conservación de los factores productivos, entendiendo por el ellos los tradicionales, es decir la tierra, el capital, y el trabajo, más la función o actividad empresarial.

Adquiere especial relevancia en este caso la conservación de la capacidad productiva del factor tierra, pues de no ser así se generan resultados en el corto plazo que comprometen el futuro. Por otra parte no puede discutirse que es un recurso indispensable e insustituible y que adquiere una importancia trascendental, sobre todo cuando de actividades extensivas se trata. El manejo sustentable de la tierra, vía rotaciones estratégicas, modalidades apropiadas de labranza y uso adecuado del suelo, sumado a la reposición de la capacidad productiva de la tierra, tienen un efecto directo con el objetivo de sustentabilidad del recurso tierra y del sistema productivo en su conjunto. La integración agrícola-ganadera contribuye a la sustentabilidad productiva estabilizando la producción agrícola en el tiempo, mientras que la ganadería por si misma posee un efecto benéfico o de devolución para con el suelo.

Pero también deben conservarse el resto de los recursos, como los recursos humanos, es decir la cantidad y calidad de la mano de obra; la disposición de capital o la posibilidad de acceder al mismo, y la actividad o función empresarial, como factor que combina en las dosis adecuadas el resto de los factores.

a)    Conservar la capacidad productiva del sistema

b)    Manejar sustentablemente el recurso tierra

c)    Reponer la capacidad productiva del suelo

d)    Conservar capacidad de reinvertir el capital propio

En base a las perspectivas desarrolladas, se diseña el siguiente mapa estratégico junto con una serie de indicadores que pretenden realizar un seguimiento de cada una de las variables consideradas y plasmar la interrelación entre cada uno de los objetivos estratégicos de manera de optimizar el funcionamiento integral de una empresa agropecuaria.

TCGanadera

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Proponiéndose el siguiente conjunto de indicadores:

Indicganadera

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Continuaremos con el tema en próximos post…

 

De la misma serie:

Tablero de Comando de la actividad ganadera (1)

 

 

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Herramientas para operativizar la estrategia en estructuras organizadas en unidades de negocio (2)


Por Milagros Montell y Joaquín Barsanti

plan1. El Proceso de Planeamiento

Sin importar las características de la organización, podríamos definir al Proceso de Planeamiento con el siguiente esquema[1]:

procesoplanch

 

En la llamada “Etapa Creativa”, partimos de un “Análisis Situacional” que en términos concretos puede realizarse mediante la matriz FODA, y complementarse con muchas otras herramientas que nos aportarán diferentes aspectos de la realidad, que es compleja y dinámica. El inicio de lo que damos en llamar “Etapa Creativa” es la base de todo el análisis que le sigue. Sin un adecuado proceso de “Análisis Situacional”, los resultados económicos futuros serán inciertos, no ya por la incertidumbre inherente al futuro, sino además, potenciada por la inseguridad asociada al desconocimiento de la realidad, del aquí y ahora, y por ende, desconocimiento de las oportunidades y amenazas del entorno. Conocerse entonces, es fuente de crecimiento, de proyección al futuro, no solamente a nivel personal sino también organizacional.

El fruto del conocimiento, del autoconocimiento y del conocimiento del entorno, nos facilitará el camino para saber “dónde estamos”, y “hacia adónde” queremos ir. De este proceso entonces surgen definiciones conocidas por todos: Visión – Misión – Estrategias – Objetivos.

A largo plazo fijamos la Visión y la Misión de la organización, definiendo el cliente, el producto, el mercado y aquellas competencias únicas que sostendrán una ventaja competitiva. En términos de Arnoldo Hax y Nicolás Majluf, en su libro “Estrategias para el Liderazgo Competitivo”, el término misión debe contener los siguientes aspectos: “…Existen dos conjuntos de información que deberían figurar en la declaración de la misión de un negocio. En primer lugar, una clara definición del alcance actual y futuro esperado del negocio. Esto se expresa como una amplia descripción de los productos, los mercados y el alcance de la cobertura geográfica del negocio hoy y dentro de un marco razonable de tiempo, comúnmente entre tres y cinco años. La declaración del alcance del negocio es informativa no sólo por lo que incluye sino por lo que deja de lado. La otra información importante que debería incluirse en la declaración de la misión de un negocio es la selección de competencias que distinguen en forma única su negocio de los otros en la misma industria. Definen la forma en que el negocio busca una ventaja competitiva sostenible”.

Desandando el camino futuro que planeamos como negocio a cinco años, vamos fijando Objetivos y Estrategias de más corto plazo que podríamos representarlos como escalones que nos permitirán alcanzar, después de muchos años, aquellos objetivos supremos: la Visión y la Misión. Son éstos, objetivos de muy largo plazo (sobre todo la Visión, que se define como un ideal, un rumbo orientador de la estrategia, en una frase simple y amplia), que aunque sean inalcanzables en el corto plazo, constituyen líneas directrices para la fijación de Objetivos y Estrategias de corto plazo.

Hasta acá, el proceso de Planeamiento Estratégico nos ayudó a definir, en palabras de Drucker, “cuál debería ser mi negocio”. Sin embargo, el proceso no termina allí, sino que recién comienza. El proceso de Planeamiento Estratégico en su fase creativa nos permite analizar la viabilidad de los negocios en cuanto a oportunidades y fortalezas para poder encaminar los esfuerzos hacia aquellas. Sin embargo, todavía nos falta la fase técnica, en la que todas estas ideas plasmadas en objetivos y estrategias de mayor o menor horizonte temporal, serán evaluados numéricamente a fin de complementar el análisis desde la viabilidad económico financiera.

Entonces, como las dos caras de una misma moneda, el Proceso de Planeamiento contiene en sí mismo una “Etapa Técnica”, que tiene como función el dar soporte numérico a todo el plan trazado en la “Etapa Creativa”.

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Hablando sobre Tablero de Comando

Por Mariano Morresi
Hace algunas semanas tuvimos la oportunidad de realizar una entrevista con el programa radial «Clase Ejecutiva», conducido por nuestro estimado colega Ricardo Vanella.
En la misma el tema fue «Tablero de Comando», un concepto y herramienta de planificación estratégica que desde hace unos años tiene auge en las empresas y aulas.  Pese a que la noción de estrategia asociada a planificación parecía haber sucumbido al avanzar los ’90, ha retomado fuerza por su mayor sencillez y facilitación del mando y control (una respuesta instintiva a la wiki-economía y la hipercompetencia)
El concepto de «Balanced Scorecard«, tal su nombre en inglés, partió de un artículo de Robert Kaplan y David Norton en la revista Harvard Business Review de enero-febrero de 1992 y empezó a consolidarse en el libro escrito por ambos en 1996. No obstante la metodología tiene raíces en autores sobre planificación, tableros de control, gestión del rendimiento y visión de la empresa basada en recursos. Kaplan y Norton han ampliado su concepto, para hacerlo más estratégico y menos mecánico con otros libros, del mismo modo que hoy en Amazon pueden encontrarse más de 800 libros que tratan el tema.
La entrevista sirve como introducción al tema. Pueden escucharla a continuación:
Como extra, queremos dejarles una síntesis de una metodología básica para empezar a delinear un tablero de comando. Este formato funciona especialmente en PyMEs o en gestión de unidades de negocios o áreas de empresas grandes.
Los pasos 1 y 2 son definiciones previas, que deben recordarse al momento de armar el tablero para poder enfocar las decisiones posteriores.
PASO 1: VISIÓN (Definición Previa)
¿Cuál es la visión de la empresa?
PASO 2: ESTRATEGIA (Definición Previa)
¿Cuáles son las ventajas competitivas y/o el posicionamiento perseguido? ¿Cuál es la estrategia de la empresa? ¿Cuáles son los objetivos estratégicos?
PASO 3: PERSPECTIVAS
¿En qué perspectivas se va a trabajar? Financiera – Clientes – Procesos – Aprendizaje y Desarrollo
¿Cuáles son los objetivos clave en cada perspectiva?
Son los factores críticos para tener éxito en cada perspectiva, los impulsores del desempeño en la dirección estratégica definida.

PASO 4: INDICADORES
¿Cuáles serán los indicadores para evaluar si se han logrado los objetivos?
Hasta 7 por perspectiva. Acordados participativamente. Relevantes para la toma de decisiones. Cuantificables y objetivos. Compatibles entre sí. Lógicos, factibles, fáciles de medir e interpretar.

PASO 5: METAS
¿Cómo se medirán los indicadores? (Meta a lograr en cada uno)
Definir para cada indicador: Unidad de medida, Base de datos, Frecuencia de actualización, Responsable de medición.

PASO 6: INICIATIVAS
¿Cuáles son las grandes iniciativas destinadas a cumplir los objetivos?
Definir para cada iniciativa: ¿Quiénes serán los responsables? ¿Cómo se organizarán en el tiempo?

En forma resumida, este podría ser un Tablero de Comando genérico
PASO X: MAPA ESTRATÉGICO
¿Cómo se interrelacionan los Objetivos, Indicadores e Iniciativas?Trazar un Mapa estratégico para reflejarlo. Revisar la necesidad de cambios en las definiciones anteriores (en caso positivo retomar desde allí)
PASO 7: SEGUIMIENTO Y GESTIÓN
Establecer el proceso de comprensión y comunicación de la herramienta.
Determinar la construcción de tableros de comando por área y/o persona: Objetivo – Indicador – Meta – Iniciativa – Responsable – Tiempos (esta lógica es también aplicable en forma genérica) Las iniciativas se transforman en objetivos hacia abajo.
Definir los procesos de seguimiento, información de resultados y accionamiento frente a desvíos.
Especificar la mecánica de revisión periódica y actualización de definiciones.
Tenemos una visión crítica del tema y pensamos que el tablero de comando y otras formas de planificación estratégica sólo funcionan mientras tanto no se cuestione el negocio, es decir mientras el contexto no afecte al negocio actual y mientras los participantes no cambien su visión o modelo de negocios. Por lo tanto funcionanmuy bien en negocios controlados o muy estables o para empresarios y gerentes que no piensen en transformaciones radicales de sus organizaciones.
Como apostilla, queremos aprovechar para linkear a un artículo que también cuestiona el tema, pero desde lo generalmente aceptado versus lo que no se ve: «Hoshin Kanri, ¿a que no sabes lo que es?«, de nuestros grandes colegas de improsofia.

Fuente: Management Estratégico. Post original aquí. 

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¿Quién ha de formular los objetivos?

Por Manel Muntada Colell

Desde aquellos tiempos, en los que se creyó que la función gerencial en un ayuntamiento debería recaer sobre los secretarios e interventores, hasta la actualidad, donde se pretende que este gerente sea un profesional preferiblemente cultivado en los viveros de las más prestigiosas escuelas de management, no han cambiado tanto las cosas.

 

Entonces, como ahora, se planteaba en los foros de debate la duda sobre si debería ser el político en el ejercicio de su responsabilidad de gobierno o el técnico como conocedor de lo que se puede realizar a partir de los recursos disponibles, el que debe formular los objetivosde la organización.

 

Lejos de haberse resuelto, este debate sigue actualmente abierto ya que, entre otras muchas cosas, el modelo de administración en boga suele ser aquél que se desprende de la diversidad de las idiosincrasias político-técnicas del momento y todo depende de la confianza que se prodiguen las personas que se hallan realizando este papel.

Quizás sea por esto que cuando la planificación es algo más que la formalización de una serie de buenas intenciones y pretende ser una herramienta real de gobierno, el debate sobre quién ha de formular los objetivos genere algunas dudas y avive viejas tensiones marcadas por:

El miedo a que el poder acabe residiendo en manos de una tecnocracia ajena a la voluntad y necesidades del equipo político de dar respuesta a las expectativas generadas.

El temor a que la legitimación política se malinterprete y genere brotes de iluminación visionaria que no tenga en cuenta el conocimiento técnico acumulado a lo largo de años de ejercicio profesional y prestación de servicios.

La sospecha por parte del político a que aquellos directivos que han merecido la confianza de gobiernos anteriores puedan sabotear [normalmente se le dice “poner palos a las ruedas” o «remar en contra«] las directrices marcadas por el nuevo equipo de gobierno.

La desconfianza por parte del técnico hacia aquellas directrices marcadas por alguien a quien puede llegar a considerar nada experto en la materia y poco conocedor de los entresijos del ámbito profesional que políticamente lidera.

El dar por supuesto que el funcionario es un ser pasivo, resistente al cambio, absolutamente orientado a buscar cómo escaquearse del mínimo esfuerzo y, en definitiva, a esperar a verlas pasar de legislatura en legislatura.

La idea de que al político lo único que le interesa es perpetuarse en el poder al margen de los intereses reales y conveniencias de la ciudadanía o de las obligaciones y posibilidades reales de la organización.

Lejos de la confrontación a la que abocan estos prejuicios, si atendemos a aspectos como la necesidad de hacer frente a retos totalmente nuevos, como los planteados por el momento actual, la importancia que está adquiriendo la cooperación en cualquier sociedad que se considere competitiva y la lógica que se desprende de las responsabilidades y capacidades de los implicados en este debate, todo apunta a que la formulación de los objetivos no la han de realizar ni los unos ni los otros sino ambos a la vez.

Que al político lo que le toca de verdad es crear un relato que dé sentido, explique e ilusione hacia el modelo a desarrollar, al técnico lo que le corresponde es decodificar este relato y traducirlo en una propuesta de actuaciones y de resultados esperados que permitan desarrollar el modelo relatado y, lo que es más importante, que entre ambos se ha de abrir un escenario permanente de conversación donde poder analizar la concordancia entre el relato, las acciones y los resultados y, a partir de ahí, formular los objetivos.

La clave para hacer frente a los nuevos requerimientos que se le exigen a la organización municipal reside, en gran parte, en la madurez de su equipo de gobierno y de su equipo directivo/técnico para abrir y mantener estos escenarios a lo largo de la legislatura.

En la foto el “diamante gerencial”. El diamante es el rombo producto de la intersección entre el triángulo que representa el espacio político y el triángulo que representa el espacio técnico. Este símbolo procede de Quebec e identifica el modelo gerencial en el ámbito público. Es un obsequio que me hicieron hará unos 15 años en una de esas formaciones dirigidas a la transformación de los habilitados en gerentes locales.

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El método de las 5C para hacer realidad las metas y proyectos

Por Germán 

WebAyunate  

Todos nosotros, en mayor o menor medida, tenemos sueños, metas y proyectos que nos gustaría poder cumplir para ser más felices, tener un mayor ingreso, conocer nuevos lugares, etc. Lamentablemente, es muy común que el tiempo se nos pase sin que jamás logremos dar ni siquiera un solo paso hacia ese objetivo deseado.

La causa más frecuente es la falta de claridad y de enfoque, este método de las 5C busca acercarnos a nuestras metas en 5 simples etapas:Claridad, Concreción, Compromiso, Concentración y Celebración.

La idea es poder reconocer la necesidad de ir cumpliendo con estas etapas, una por una, hasta conseguir lo que queremos. Este método no garantiza el éxito, pero si nos permite ser mucho más ordenados y eficaces a la hora de emprender cualquier tipo de proyecto personal o laboral.

Siguiendo las 5C vas a ver como aquellos planes que parecían tan lejanos se vuelven tangibles y realizables. A continuación, la descripción de cada una de las etapas.

1. Claridad

Si uno no tiene una idea clara de qué es lo que quiere, lo más probable es que ni siquiera podamos intentar arrancar a hacer algo al respecto. Muchas veces se nos ocurren ideas y planes, pero de manera borrosa o poco precisa. Por lo tanto, lo primero que debemos hacer es tomarnos un tiempo, para pensar acerca de lo que nos gustaría hacer y tratar de especificarlo y aclararlo lo más posible.

Tener claridad no significa no tener dudas, sino más bien tener una sensación bastante concreta acerca de lo que nos proponemos hacer.

2. Concreción

Una vez que tenemos en claro que es lo que queremos hacer, a dónde queremos llegar, cuál es nuestra meta, es hora de definirconcretamente las acciones necesarias para cumplir nuestros objetivos.

Cuando nuestra idea se convierte en una lista de tareas, es mucho más fácil de visualizar y concentrar nuestra energía en avanzar en busca del objetivo.

3. Compromiso

Al llegar a este punto, tu idea o proyecto va a tener una forma bien clara y definida así como también las tareas que hacen falta para llegar al objetivo. Entonces es el momento de asumir el compromiso de empezar a hacer algo. Este punto suele ser el más crítico, el pasar de la observación y el análisis, a la acción.

Frecuentemente, nos entusiasmamos con nuevas ideas y nos pasamos días enteros haciendo listas y programando actividades, que al fin y al cabo, sabemos que no vamos a poder cumplir, debido a que tenemos tantos proyectos en vista, pero no comenzamos ninguno. Como dice el dicho el que mucho abarca, poco aprieta… Esta situación puede ser muy frustrante, ya que vemos como cada idea nueva va a parar a una pila de proyectos que ni siquiera pudimos empezar.

Aquí es dónde entra a jugar nuestro compromiso, ya que una vez que definimos nuestra lista de acciones, es hora de ponerse manos a la obra para ir cumpliendo con cada uno de los items.

4. Concentración

Con concentración no nos estamos refiriendo a convertirnos en yoguis, sino más bien en enfocar toda nuestra energía mental y física, nuestrosrecursos monetarios, nuestros contactos y todo lo que tengamos a disposición para lograr el objetivo deseado.

Si no alcanzamos el nivel adecuado de concentración, lo más probable es que cada tarea nos parezca interminable y a la larga perderemos la motivación para seguir adelante.

5. Celebración

La gente tiende a restarle importancia a este punto. Asi como hay un momento para trabajar y esforzarse, también debe haber un tiempo para relajarnos, celebrar y reconocer lo que hemos logrado. No es cuestión de celebrar solamente los grandes sucesos, sino más bien, los pequeños pasos que vamos dando hacia nuestro objetivo. La idea no es dar una fiesta para 400 personas con canapés de caviar y champagne, la celebración tiene más que ver con ese momento que nos tomamos para sentirnos bien acerca de lo que acabamos de lograr. Es la mejor manera de evitar el burnout y alegrarnos un poco la vida, ¿no les parece?

Y ustedes ¿tienen muchos proyectos inconclusos? ¿Creen que este tipo de métodos les puede ayudar a completar más objetivos personales? Los invito a dejar sus experiencias y comentarios.

Fuente: Productive Flourishing.

Licencia de Creative Commons

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Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 Unported License.

Fuente: Pensamiento Imaginactivo. Post original aquí.

En la Semana de los Objetivos, también te invitamos a leer: 

5 tácticas para lograr tus objetivos cuando la vida te interrumpe

Establecer objetivos: más fácil decirlo que hacerlo

Hablar de tus metas te aleja de ellas

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Hablar de Tus Metas Te Aleja de Ellas

Por David Cantone

Tienes un proyecto entre manos que te tiene muy ilusionado. Incluso te cuesta conciliar el sueño. Tienes unas ganas locas de compartir con otra persona tu planes. Al final acabas contándoselo a tu madre y a tus amigos. De hecho casi cada día les hablas de ello.

Mal. Sin tú saberlo cada vez que le cuentas a alguien tus planes te estás alejando de tu meta.

¿Cómo puede ser? ¿No debería ser bueno contarles a otros sobre nuestros proyectos?  Así nos pueden apoyar o aconsejar ¿no?

NO. Evita siempre que puedas contar a otros los proyectos que tienes en mente llevar a cabo o no se harán realidad.

Estudios demuestran que aquellas personas que hacen públicas sus intenciones es menos probable que terminen por llevarlas a cabo. Por contra, quienes no hablan de sus planes tienen más probabilidades de llevarlos a buen término.

La explicación

Si hablas de tus proyectos o planes con otras personas creas en tu cerebro la ilusión de que ya lo has llevado a cabo. Eso te produce una satisfacción, suficiente para perder motivación en lo que planeabas hacer.

Como dijo Derek Sivers, de quien descubrí esta teoría en que se basa el artículo: “El cerebro confunde el decir con el hacer”.

¿Qué sucede cuando nos sentimos satisfechos? Que ya no queremos más. Por lo tanto, no seguimos buscando eso que se supone que nos tendría que reportar la satisfacción, es decir, la terminación del proyecto.

Tiene sentido ¿Verdad? ¿Cómo te sentiste la última vez que hablaste con alguien de un proyecto en el que estabas trabajando? Te sentiste bien estoy seguro. Una sensación de realización personal recorrió tu cuerpo.

Cuando eso ocurre mentalmente estás sustituyendo el auténtico logro (acabar tu proyecto) por una simulación del logro (“realidad social” de algo que no ha ocurrido).

La realidad social en este caso se produce cuando uno dice algo y otros lo escuchan. Ese algo es percibido como real (realidad social) sea real o no lo sea.

Por lo tanto, no es tanto el decir tus planes en voz alta sino el hecho de que sepas que otra persona conoce tus planes. Es esa realidad social lo que te hace sentir de forma prematura una sensación de satisfacción por algo que todavía no se ha llevado a cabo.

Por la misma razón, en otro estudio se ha descubierto que si tienes éxito en un objetivo (comer comida sana) al servicio del cumplimiento de una meta mayor (estar en buena forma) eres más propenso a reducir tus esfuerzos en otros objetivos (por ejemplo hacer ejercicio o dejar de fumar) conducentes a esa misma meta. ¡Interesante!

Bien veamos ahora . . .

La solución

La solución es muy simple aunque no siempre es fácil. Como ya debes suponer se trata de no contar tus planes o proyectos hasta que estos sean una realidad.

En otras palabras: haz más, habla menos.

Ahora bien, si eres como yo difícilmente te podrás contener siempre. Simplemente llega un momento que explotas y lo sueltas todo.

Ahora sabes que hablar de tus planes tiene un efecto contraproducente en tu motivación. Por lo tanto, cada vez que tengas ganas de hablar de tus proyectos piénsatelo dos veces.

¿Quiere esto decir que no podré contar nunca más mis planes? No, ni mucho menos.

Cómo contar las cosas

De hecho contar tus planes puede llegar a ser positivo siempre y cuando lo hagas en una de las dos maneras que te propongo a continuación.

1: Retrasando la satisfacción. Contarlo a medias

Le cuentas a otra persona que estás trabajando en algo, pero lo haces de una forma tan vaga que esta otra persona no sabe en realidad qué estás haciendo o qué planeas hacer.

De hecho, se lo has contado únicamente para pedirle que se interese por tus avances de forma periódica en el tiempo y así tú te obligues a avanzar en el proyecto. Eres persona de palabra. No quieres quedar mal delante de él o ella.

Le dices que cuando lo termines se lo cuentas con más detalle. Eso aumentará tu motivación por terminar pues cada día que pase tendrás más ganas de contárselo.

La vaguedad en tu relato es importante. Si concretas demasiado estarás creando un símbolo de identidad y eso es algo que queremos evitar. El símbolo de identidad es precisamente lo que reporta esa satisfacción.

Por ejemplo, si le dices que estás escribiendo un libro sobre determinado tema estás creando un símbolo de identidad de que eres escritor y que eres experto en ese tema sobre el que escribes. Es un símbolo de identidad ilusorio, pues aún no has terminado el libro (puede que ni lo hayas empezado aún), y tú mentalmente ya te estás viendo como un escritor experto en ese tema con el libro terminado. Esa satisfacción te desmotivaría de conseguir el verdadero logro, que no es otro que terminar el libro.

El contárselo como excusa para que la otra persona controle tus avances te ayuda a mantenerte fiel a tu palabra de progresar y de no dormirte en los laureles. No hablas por hablar. Hablas con un objetivo claro: progresar hasta la terminación del proyecto.

2: Cuéntalo para sentir insatisfacción

En vez de contar tus planes para sentir satisfacción cuéntalos para sentir lo contrario: insatisfacción, desagrado, deuda o incumplimiento.

Me explico. El problema de hablar con otros de tus proyectos es que sientas una satisfacción por el simple hecho de hablar. Esa satisfacción te quita motivación para conseguir ese objetivo que persigues: la terminación del proyecto.

¿Cómo lo solucionamos? Hablamos pero lo contamos de una forma que genere en nosotros alguno de esos sentimientos contrarios a la satisfacción.

Por ejemplo: “Estoy yendo al gimnasio. Estoy determinado a ponerme en forma. Te invito a cenar si en un mes no he perdido por lo menos 6 kilos”. Generas sentimiento de deuda.

Otro ejemplo: “Quiero acabar este libro del que te hablado. No estoy avanzando como yo esperaba. A partir de hoy he de hacer por lo menos 5 páginas al día. Recuérdamelo la próxima vez que hablemos del tema”. Generas sentimiento de incumplimiento y de deber.

Bueno ya ves como va esto.

Mi recomendación. Si puedes evitarlo no hables de tus proyectos con los demás y mucho menos si lo haces por la pura satisfacción de contarlo. O al menos, sé consciente de cuando lo haces y trata de hacerlo cuantas menos veces mejor.

¿Has notado esa satisfacción después de hablar de tus metas? ¿Has perdido motivación a causa de ello? Deja abajo tu comentario.

Fuente: David Cantone. Post original aquí.

En la Semana de los Objetivos, también te invitamos a leer: 

5 tácticas para lograr tus objetivos cuando la vida te interrumpe

Establecer objetivos: más fácil decirlo que hacerlo

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Establecer Objetivos: más fácil decirlo que hacerlo

Por Victoria Miles

Establecer objetivos es un secreto que conocen muy bien los atletas destacados, los hombres y mujeres de negocios y las personas exitosas en general.

Pero decirlo es muy fácil… ¡hacerlo es otra cosa!

Yo confieso que definitivamente tengo todo anotado, llevo mis listas, etc.. Pero muchas veces me encuentro que dejo de lado este excelente ejercicio. ¡Excusas siempre tenemos! Sin embargo, me obligo a retomarlo porque definitivamente es el camino a transitar y cuando lo hago veo todo mucho más claro y preciso.

Como bien diría Claudia Juarez, de Motivación Plusdefinir un objetivo te brinda cierta motivación y foco para el corto y largo plazo. Te ayuda no sólo a enfocarte en las cosas que tenés que realizar sino también a planear y organizar tus recursos y tu tiempo, e inclusive, a adquirir las habilidades que necesitás para lograrlos.

Definir claramente objetivos de corto y largo plazo te permitirá medir tu progreso y obtener satisfacción personal una vez alcanzados. Llevar algún control también te facilitará ver tus avances y los objetivos efectivamente cumplidos. Esto elimina la sensación de estar siempre corriendo detrás de cosas que tenés que hacer. Detenerte, llevar este control y ser conciente de los logros obtenidos, redundaran en una mejora de tu autoestima y potenciará tus esfuerzos y actividades.

Pero volviendo a lo básico, establecer un objetivo es tomar una decisión respecto de lo que querés hacer, tanto en el corto como el largo plazo.

Luego, detallar algunas acciones concretas a realizar para alcanzarlos. Al desglosar los objetivos en metas más pequeñas y manejables, los alcanzarás más fácilmente y evitarás desanimarte frente a proyectos demasiado ambiciosos.

A continuación, algunas ideas a considerar para establecer objetivos y alcanzarlos:

  • La actitud juega un rol muy importante.
  • La planificación realista de los tiempos es fundamental para evitar frustrase.
  • La capacitación es clave. Si necesitás ciertas habilidades para alcanzar un objetivo, el primer paso será obtener el entrenamiento necesario.
  • La situación financiera también debe ser considerada. Tenés que ser realista a la hora de definir el dinero que necesitarás o el ingreso que esperas obtener.
  • La revisión de objetivos debe ser continua y flexible. Adaptarse y realizar las correcciones adecuadas es fundamental. Planeamos algo pero luego, la realidad puede indicarnos otra cosa.

En fin, definitivamente, más fácil decirlo que hacerlo…. para ejercitarlo, te propongo un primer objetivo: Establecer tus Objetivos;-)

Por último, te recuerdo que las asistentes virtuales podemos contribuir. De hecho, no siempre es posible alcanzar tus metas solo.

¡Éxitos y buen fin de semana!

Vicky Miles - Asistente Virtual

Fuente: Asistencia Virtual en Argentina. Post original aquí.

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5 tácticas para lograr tus objetivos cuando la vida te interrumpe


Muchas veces obstáculos se pone en nuestro camino a la hora de cuándo queremos cambiar o adquirir un nuevo hábito.
Puede resultar muy frustrante y a veces es muy difícil arrancar de nuevo.

Me gustaría compartir contigo cinco tácticas para lograr tus objetivos cuándo la vida te interrumpe

1. Anticípate
. Ayuda tremendamente anticipar que hay delante. ¿Ves algunos obstáculos en el horizonte? En situaciones similares en el pasado, que hiciste? Cómo cambiarán tus rutinas estas nuevas cosas que están por venir?  Para mí por ejemplo, los fin de semanas son mi primer enemigo a la hora de crear nuevos hábitos, los fines de semana me pierdo. Pero hay otros cambios que cambia rutinas, vacaciones, los veranos, eventos grandes, cumpleaños. Esas cosas si sabes que están por venir, serán más fácil planificar para ellas. Haz que estos eventos formen parte de tu plan.
Seguimos…

2. Encuentra el camino. Los obstáculos son parte de cualquier camino. ¿Qué vas a hacer cuándo te encuentres con uno, rendirte? Espero que no. Un obstáculo es una oportunidad, y es algo que habrá que utilizar para aprender o pasar por encima. Un obstáculo no es una razón para tirar la toalla. En vez de rendirte, pregúntate a ti mismo ¿Cómo puedo esquivar este obstáculo? ¿Cómo puedo pasarlo por encima? Siempre hay una manera, tienes que utilizar tu creatividad!

3. Un paso atrás, dos para adelante. Como dije antes, te vas a encontrar con obstáculos de vez en cuando. Y no vas a poder esquivar cada uno de ellos, algunos te van a obligar tomar un paso atrás, pero deberías verlo como una oportunidad para reagruparte y pisar más fuerte la próxima vez. Un paso atrás, y dos para adelante. Forma parte del viaje.

4. Fracasa y aprende. Cuándo caigas, levántate, analiza la situación e intenta ver que pasó y aprender de ello. Todos fracasamos, de eso no hay duda. Pero no dejes que el fracaso pare tu camino, levántate y sigue. No olvides que tienes que aprender de los fracasos porque si no, no sirve para nada. Pregúntate a ti mismo: Por qué fallé? Qué me frenó? Qué obstáculos se pusieron en mi camino? Cómo los puedo esquivar la próxima vez que piso este camino?

5. Encuentra la motivación. Pasa a menudo que un desfase nos desmotiva. Nos deja tocados y hasta puede hacer que nos sintamos deprimidos. El problema en situaciones así es encontrar la motivación de nuevo. En una situación así es importante que te recuerdes a tí mismo unas cosas. Vuelve al principio y pregúntate ¿Qué me motivó a arrancar este nuevo hábito? ¿Cuál era la razón porque quería arrancar con este cambio en mi vida? Pensando en cosas así y aún mejor, los beneficios que tu vida tendrá si cambias, será mucho más fácil motivarte de nuevo.

Et voilà! ¿Tienes algúnas tácticas para añadir?

Fuente: Hábitos Vitales. Post original aquí.

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De misiones, visiones y valores

Meléndez, Horacio

La misión tiene tres contenidos clave:
1. Definición del negocio: El negocio debe ser definido claramente en el ámbito de la misión, pero se lo debe hacer desde el punto de vista del cliente. Si se lo definiera desde la óptica de la empresa se estaría afectando la idea de creación de valor. El objetivo central de una organización empresaria es la creación de valor para sus clientes y la captura del mismo para los accionistas. De allí que el negocio debe ser visto desde las lentes de los clientes, destinatarios del valor creado o sea del beneficio que trata de entregar la empresa.. A modo de ejemplo, cuando se dice que el negocio de la televisión es el entretenimiento, el que se entretiene es el que la consume, o cuando se define al recuerdo como el negocio de la fotografía el que recuerda es siempre el cliente. La empresa no se entretiene ni recuerda, entrega productos y servicios que tienen el beneficio para el cliente contenido en su propuesta de valor de entretener y recordar.
2. Driver de valor: La misión debe contener el driver original de valor que no es otro que la relación producto-mercado, o sea que se va a ofrecer y a quien se le va a ofrecer. Este driver en su versión original al momento de la creación de cualquier emprendimiento o empresa es producto de una decisión política, no siempre enfocada dentro de la racionalidad de la administración de empresas. Cuando alguien crea una empresa, la actividad que decide realizar muchas veces está teñida por la intuición, los gustos o el conocimiento del creador y no por la racionalidad del mercado, los costos o los sistemas productivos, por ejemplo. Cuando hablamos de decisiones políticas, en este caso, nos referimos a decisiones que no necesitan justificación de tipo racional.
3. Limitador estratégico: La misión opera como un limitador estratégico. Todas las actividades que queden dentro del negocio definido, y de acuerdo con el driver de valor establecido, son a las que se deberá dedicar la organización. Aquellas actividades que queden fuera de esas definiciones no son naturales para aquella. No se debe olvidar que el que hace lo que no debe termina haciendo lo que no puede. La pregunta del lector que seguramente surgirá al leer este punto se relacionará con el crecimiento de una organización más allá de los límites de su misión. La respuesta es que cuando una empresa decide crecer o extender sus actividades más allá de las establecidas en su misión debiera redefinir esta última y alcanzar un fuerte grado de consistencia entre los tres elementos contenidos en ella.
En definitiva la misión no es otra cosa que la determinación clara y precisa de cual es nuestro negocio desde la óptica del cliente, cuales son nuestros productos o servicios (nuestra propuesta de valor) y quienes son nuestros clientes. Siendo uno de los elementos esenciales para la formulación de la estrategia del negocio.
La visión
La visión de una organización es un elemento de carácter aspiracional e inspirador para sus miembros. Es por ello que Peter Senge habla de lo que denomina visión compartida. La visión es establecida desde el máximo nivel de la organización y al ser compartida con todos sus miembros debe generar compromiso e inspirar sus acciones.
La visión se corresponde con la ambición, la voluntad y el compromiso, con aquel sentido mágico que le asigna Tom Robbins a lo que las personas desean para la organización y para sí mismas.
La visión es la fuerza conductora central de la dirección estratégica de las organizaciones. Como sostiene Ian Wilson hay una concepción popular entre muchos directivos que sostiene que discutir los contenidos y la definición de la visión es una pérdida de tiempo y una distracción sobre lo que realmente importa. Sin embargo debe quedar claro que la visión es una coherente y poderosa declaración de los que la organización puede y debería ser en un futuro estimado.
La visión es producto del pensamiento, en particular del pensamiento holístico, y no deja de ser una guía clara de la estrategia de la empresa. Se puede advertir que la visión se influencia mutuamente con el pensamiento estratégico. Si asumimos que la salida del pensamiento estratégico es la generación de opciones para la organización, la visión como aspiración está muy ligada y entremezclada con dicha actividad.
Todo ejecutivo debiera gastar, invertir, parte de su tiempo imaginando como debiera ser su organización en el futuro desde el punto de vista de las tres personas más importantes con que ella cuenta: accionistas, empleados y clientes. En otras palabras, debe dar sentido a esa organización mirando el futuro, allí se encuentra la génesis de la visión.
Definir una visión implica negociar con modelos mentales ya que está fuertemente influenciada por el modelo mental imperante en una organización. La representación de como es la realidad y como funciona el mundo en nuestras mentes es lo que surge de un modelo mental. Con modelos mentales adecuados se pueden diseñar visiones posibles y alcanzables. El cumplimiento de esa visión tiene que estar en el mind-set de la organización, la visión debe ser posible, por lo tanto, y como consecuencia natural de esa condición será creíble.
La visión debe dejar claro lo que el negocio debiera ser porque ella debe reflejar las aspiraciones de la gerencia, los empleados y los diferentes stakeholders. La visión otorga a la organización un particular sentido de destino y dirección que enmarcan las decisiones estratégicas a tomar en adelante.
Al elaborar una visión no se siguen pasos preestablecidos como en el planeamiento en forma secuencial y racional, por el contrario, es un proceso donde privan la inspiración y la intuición.
Desde el punto de vista práctico, o de aplicación, al tratar de definir una visión se observa que hay dos preguntas que rondan en la mente de los ejecutivos cuando piensan en su organización: ¿qué somos?  y ¿qué queremos o debemos ser?. La primera muestra el estado actual de una empresa y la segunda la aspiración o ambición que no es otra cosa que la visión. La pregunta que sigue es como se pasa del primer al segundo estado, de la realidad actual al futuro deseado, obviamente hay una brecha entre ambos.
La brecha señalada en el párrafo anterior se cierra en términos de capacidades y recursos. Se debe examinar el stock de capacidades y recursos actuales y aquellos que serán necesarios para alcanzar el futuro deseado. En ese análisis se observará que hay capacidades y recursos actuales de utilidad en el futuro, otros que habrán de ser adquiridos y algunos que deberán ser desechados. En el camino hacia el futuro de debe construir el nuevo paquete de capacidades y recursos que le darán a la empresa la posibilidad de ser aquello que se imagina que debiera ser. Si se quiere llegar a las metas propuestas en términos de visión en la realidad actual de una organización hay que comenzar a diseñar y construir aquellas capacidades y recursos, sino el mañana imaginado no ha de llegar.
El lector puede preguntarse acerca de la dinámica de la visión. Las organizaciones son entorno dependientes y este es absolutamente cambiante, por ello al pensar estratégicamente – proceso permanente en la alta dirección – debe ser revisada la visión. Por supuesto que puede ser cambiada, es por ello que debe ser amplia, sin perder consistencia, para que pueda ser sostenida en el tiempo y siempre sea el norte de la organización.
Como puede observarse en estos párrafos cuestionan las premisas del tradicional planeamiento a largo plazo. La dinámica del mundo impide la utilización de esa herramienta que dada la velocidad del cambio ha perdido su valor. De hecho era posible pensar en el plan de largo plazo en un mundo estático y de cambios previsibles, la actualidad muestra la necesidad de una visión que tenga un sentido amplio para permitir la adaptabilidad a las circunstancias cambiantes.
Los valores
Los valores son aquellos principios fundamentales en los que la gente cree en una organización. Operan como guías de la conducta y el comportamiento de los individuos y de la organización misma. Deben ser estables y superar la prueba del tiempo. Los valores que sostiene cualquier organización son muy pocos, apenas un puñado, y forman parte de su cultura.
En tanto guías, los valores son anclas que sostienen a la organización y a las personas en tiempo de crisis y frente a acontecimientos transcendentes. Hay innumerables ejemplos que validan esta afirmación en la historia empresaria, casos que muestran la importancia de los valores en la solución de crisis muy graves. (vg. CasoTylenol por citar alguno).
Los valores apelan al aspecto emocional de los miembros de una organización y son elementos inspiradores frente a los grandes desafíos operando, analógicamente, como verdaderas profesiones de fé frente a los acontecimientos que enfrenta cualquier organización.
Sin embargo los  core values, valores centrales o esenciales, como se denomina a los valores de la organización, debieran decirnos que intereses se priorizan frente a situaciones complejas o críticas. En otros términos, debieran indicar si se priorizan los intereses de los accionistas, de los empleados o de los clientes, los actores más importantes para la empresa. Hay empresas que priorizan los clientes sobre los accionistas y los empleados (Merk e IBM), otras los accionistas sobre empleados y clientes (John Deere), y finalmente las que priorizan los empleados sobre el resto (Southwest Airlines). La pregunta es ¿Cuál es la razón de ésta elección?.
En toda organización el orden de prioridades indicado en el párrafo anterior se establece en función de cual sea la teoría de creación de valor imperante en la organización. Si la creación de valor tiene por centro el cliente esta será prioritario frente a los otros dos y así siguiendo. Como se observa la decisión de priorizar en cuanto a valores está en función de decisiones muy trascendentes para la organización como lo es la determinación de quien es el centro principal de creación de valor.
De estos tres criterios de creación de valor no hay uno que sea mejor que el otro, tienen que ver con la esencia de la empresa que se trate. Debe aclararse que por priorizar uno de los tres personajes mas importantes para la empresa no deben abandonarse los otros dos, estos últimos requieren un nivel de atención que seguramente es alto respecto de otros actores secundarios que la rodean. La elección señalada no implica dejar de lado a ningún actor sino simplemente establecer prioridades que guíen las acciones últimas sin desatender a ningún stakeholder.

Fuente: No prueben con la ignorancia. Post original aquí

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Los 7 consejos de liderazgo de un sabio jesuíta

 

Por Carlos (Carolus)

El arte de la estrategia

 Baltasar Gracián nos da siete sabios consejos para ejercer con prudencia el liderazgo.

1. Evitar las victorias sobre el jefe.

Toda derrota es odiosa, y si es sobre el jefe o es necia o es fatal. Siempre fue odiada la superioridad, y más por los superiores. Será fácil hallar quien quiera ceder en éxito y en carácter, pero no en inteligencia, y mucho menos un superior. A los jefes les gusta ser ayudados, pero no excedidos.

2. Tener inteligencias auxiliares.

Es una gran suerte de los poderosos acompañarse de hombres de gran entendimiento que les saquen de todos los problemas causados por la ignorancia y que incluso peleen por ellos las luchas más difíciles. El que no pudiera alcanzar a tener la sabiduría en servidumbre, que la alcance en la amistad.

3. Contar con buenos colaboradores.

Algunos quieren que su extremada perspicacia dominen sobre las limitaciones de los colaboradores. Es una peligrosa satisfacción que merece un castigo fatal.

4. Preferir las ocupaciones de reconocido prestigio.

Hay empleos expuestos a la aclamación general, y hay otros, aunque más importantes, absolutamente invisibles.

5. Saber negar.

No se debe conceder todo, ni a todos. Tanto importa saber negar como saber conceder y pelos que mandan es una prudencia necesaria. Y aquí interviene la forma: más se estima el no de algunos que el si de otros, porque un no dorado satisface más que un si a secas. Es mejor que queden siempre algunos restos de esperanza para que templen lo amargo de la negativa.

6. Saber adaptarse a todos.

Es el gran arte de ganar a todos, porque la semejanza atrae la simpatía. Observar los caracteres y ajustarse al de cada uno. Al serio y al jovial seguirles la corriente, transformándose cortésmente. Es necesario para los que dependen de otros. Esta gran destreza para vivir necesita una gran capacidad.

7. Conseguir y conservar la reputación.

Es el usufructo de la fama. Cuesta mucho porque nace de las eminencias, más raras cuanto son comunes las medianías. Una vez conseguida, se conserva con facilidad. Obliga mucho y obra más. Es un tipo de majestad cuando llega a ser veneración, por la sublimidad de su origen y de su ámbito. Aunque la reputación en sí misma siempre se ha valorado.

Extraído del libro ORÁCULO MANUAL Y ARTE DE PRUDENCIA, de Baltasar Gracián

Descargar demo en:

http://www.tusbuenoslibros.com/oraculo_manual_y_arte_de_prudencia_baltasar_gracia.html

Más sobre Baltasar Gracián:

http://www.elartedelaestrategia.com/baltasar_gracian.html
http://elartedelaestrategia.blogspot.com/search/label/Baltasar%20Gracian

Publicado por Carolus en 8:31 AM

19 de agosto de 2011

Autorizada la copia y difusión de este material siempre que se cite la fuente 

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Fuente: El arte de la estrategia

Imagen: Baltasar Gracian

Fuente: Pensamiento Imaginactivo. Post original aquí.

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