Estrategia empresarial

Qué es la estrategia empresarial

Para que una organización sea exitosa, sus gerentes y líderes deben dirigir a su gente para que: 1) hagan las cosas correctas y 2) hagan las cosas correctamente. La segunda, hacer las cosas correctamente, entra en el campo de la efectividad, y otras habilidades gerenciales. La primera, hacer las cosas correctas, es la estrategia empresarial (o estrategia corporativa o estrategia de negocio).

La estrategia corporativa es de gran importancia para cualquier empresa, pequeña o grande. En las grandes empresas, suelen ser los altos niveles gerenciales quienes se ocupan del tema estratégico; sin embargo, a medida que un individuo asciende en la escala, tiene que ir pensando cada día más en forma estratégica.

Existen múltiples definiciones de estrategia. Mencionamos una de ellas: “es la compleja red de pensamientos, ideas, experiencias, objetivos, experticia, memorias, percepciones y expectativas que proveen una guía general para tomar acciones específicas en la búsqueda de fines particulares” – Fred Nichols.

Una definición más orientada hacia el mundo de negocios, la provee Bruce Henderson: “es la búsqueda deliberada por un plan de acción que desarrolle la ventaja competitiva de un negocio, y la multiplique”. Muchas de las definiciones modernas hacen énfasis en la necesidad de una empresa de tener una ventaja competitiva, que la distinga de las demás. Según Michael Porter, la estrategia competitiva trata sobre “Ser diferente. Es decir, seleccionar una serie de actividades distinta a las que otros han seleccionado, para ofrecer una mezcla única de valor”.

Formular la estrategia empresarial, y luego implementarla, es un proceso dinámico, complejo, continuo e integrado, que requiere de mucha evaluación y ajustes.

Formulación de la estrategia empresarial

Formular la estrategia de una organización, implica tres grandes pasos:

  • Determinar dónde estamos: analizar la situación tanto interna como externa, a nivel micro y macro. Para esto son útiles herramientas como la matriz DOFA.
  • Determinar a dónde queremos llegar: esto implica establecer la misión, visión, valores y objetivos, tanto a nivel corporativo como a nivel de unidad de negocio.
  • Determinar como llegar hasta allí: es decir, el plan estratégico – la serie de decisiones que se deben tomar, basadas en factores como:
    • Qué productos y servicios ofrecer
    • Qué demandas del mercado satisfacer
    • A qué segmento de clientes atender
    • Qué tecnología utilizar (o desarrollar)
    • Qué método de ventas utilizar
    • Qué forma de distribución utilizar
    • Qué área geográfica atacar

 

 

Implementación de la estrategia empresarial

De nada sirve contar con una fabulosa estrategia, si esta no se lleva a cabo. Implementar el plan implica una serie de pasos:

  • Asignar y procurar los recursos necesarios: financieros, humanos, tiempo, tecnología, etc.
  • Establecer la estructura humana: puede ser una estructura jerárquica de comando, equipos multi-funcionales, etc.
  • Establecer responsabilidades: cada tarea o proceso debe ser responsabilidad de una persona o un equipo.
  • Manejar el proceso: evaluar los resultados, y hacer los ajustes necesarios.

Publicado en DeGerencia.com. Post original aquí.

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Visión, Misión, Objetivos y Estrategias

Por Esteban Oknaian

vision_misionEn el marco de las organizaciones e instituciones publicas y privadas que se han establecido en nuestro país en los últimos 20 años, podemos encontrar un serio compromiso de las mismas con la importancia y el aporte que realiza el Planeamiento Estratégico. Cada vez son más las empresas que dedican un tiempo prudencial al armado y planificación de su estrategia a corto, mediano y largo plazo, como también existen áreas determinadas dentro de la estructura que realizan el trabajo específico de ésta tarea tan compleja pero provechosa a la vez. Teniendo en cuenta las características de nuestro mercado, en dónde interactúan empresas Multinacionales, Capitales nacionales, PyMes, Microemprendimientos, economías regionales y diversos tipos de negocios emergentes, debemos tener en claro cual es el enfoque de cada una de ellas, es decir, que quienes realicen Planeamiento Estratégico deben reconocer cual es su principal Objetivo dentro del mercado en el cuál participan, y es por este motivo que debe privar la búsqueda de lo que se denomina Visón compartida dentro de las organizaciones, que significa, encontrar el consenso de todos los niveles en la estructura piramidal. Distintas definiciones se pueden lanzar cuando se habla de Planeamiento estratégico como, un “modelo de plan a seguir”, “adoptar cursos de acción y asignar recursos”, “integrar principales metas, políticas y cadenas de acción”, ”realizar un plan unificado, amplio e integrado”, así como también definir los pasos a seguir, a saber:

  • DIAGNOSTICAR: Dónde estamos.
  • DEFINIR A DONDE QUEREMOS LLEGAR: Selección de Objetivos o metas a alcanzar.
  • SELECCIONAR EL CÓMO LLEGAR: Identificar los posibles cursos de acción.
  • ASIGNAR LOS RECURSOS EN DEBIDA FORMA

En función de lo planteado hasta el momento debemos reconocer los aspectos básicos que definen a cada empresa y que se refieren al tema propuesto en éste trabajo: VISIÓN, MISIÓN, fijación de OBJETIVOS y ESTRATEGIAS.

En cuanto al concepto de Visión en una organización, siempre debe caracterizarse con una cuestión fundacional, de principios y que además encuadra al resto de los conceptos que vamos a tratar. Entonces se puede hablar de imaginar una situación futura y deseable, que se aspira conseguir en un horizonte de tiempo mas bien lejano, aunque para ello no se tenga claro el camino para lograrlo. El concepto es que la visión o mejor dicho la Visión compartida que mencionamos anteriormente, opere como un factor de motivación para los miembros integrantes de la organización y de ésta manera encontrar el consenso buscado. Generalmente, visión tiene que ver directamente con la razón de existir de la compañía y seguramente estará definido por los dueños, accionistas o referentes que estén encargados de dirigir la misma, además de articular la búsqueda estratégica. Ejemplos prácticos:

  1. La mejor empresa de Seguros de Vida del país en productos de crédito y beneficios para empleados.
  2. La compañía más exitosa del país en generar productos enlatados.
  3. Brindar el mejor servicio especializado en Maternidad y Neonatología entre las clínicas situadas en la Capital Federal.

Algunos autores coinciden entre las definiciones que se esbozan acerca de Visión y Misión, pero entendemos que éste último concepto tiene que ver directamente con la naturaleza del negocio, es decir, la forma en la cuál la compañía intentará cumplir con su Visión. La Misión tiene que ver con las características de las organizaciones, como ser, el mercado en el cuál se desenvuelve, los clientes a los que apunta, qué necesidades de los clientes pretende satisfacer, que clase de productos ofrece, que atributos primordiales contienen sus productos. Algunos ejemplos pueden ser:

  1. CALIDAD TOTAL
  2. DELEGACIÓN DE PODER EN LOS EMPLEADOS
  3. ESFUERZO POR SATISFACER A LOS CLIENTES
  4. CALIDAD DEL PERSONAL
  5. PROTECCIÓN DE LA MARCA
  6. MAXIMIZAR LA PRODUCTIVIDAD Y LA SINERGIA
  7. PERSPECTIVA GLOBAL (VISIÓN PANORÁMICA)

De manera que la Misión actúa como un elemento que sirve de marco para encuadrar y definir las estrategias que trataremos más adelante. Basándonos en el esquema de proceso de planeamiento, debemos entender al diagnóstico FODA (fuerzas y debilidades – mirada hacia adentro – Oportunidades y Amenaza – mirada hacia afuera), como pieza inicial y fundamental del proceso mencionado, así como también el resultado de ese diagnóstico en cuanto a la definición de negocios (actual, futuro y potencial), áreas de resultados clave, áreas  de problemas, etc.

Una vez realizado dicho análisis podemos comenzar a pensar cual o cuales van a ser nuestros Objetivos y sus consecuentes Estrategias. Comenzando por los objetivos, primero necesitamos entender el concepto en todos sus aspectos, es decir, pueden ser específicos y no específicos. En el primer caso, deben ser mensurados, en función de un cálculo predeterminado y definidos y acotados en el tiempo. Algunos autores suelen llamar a éstos objetivos “metas”. Los no específicos, simplemente no cumplen con las condiciones mencionadas y por supuesto la idea es tratar de convertirlos en los primeros. Pero no solo de éstas características se nutren los objetivos, sino que podemos dar una pequeña lista que detallamos a continuación:

  • Deben estar adecuadamente definidos.
  • Necesitan contener una descripción detallada de la situación futura a la que se aspira.
  • Tener una escala de medida, es decir que deben ser mensurados.
  • Definición en el tiempo.
  • Aspectos cualitativos y cuantitativos deben ser incluidos dentro de su definición.
  • En cuanto a su redacción, no deben ser escritos como verbos.

Como ejemplos podemos encontrar, a grandes rasgos, algunos como:

  • Rentabilidad
  •  Satisfacción del cliente
  • Cashflow
  • Producción
  • Marketshare
  • Personal Capacitado
  • Crecimiento
  • Ventas

Por supuesto que los objetivos mencionados no serán tratados como tales si no cumplen con todas las condiciones que describimos anteriormente y es por ello que entendemos que si ésta premisa no se cumple, los objetivos planteados pueden llegar a representar “valores o pautas de conducta”.

Fijar objetivos resulta difícil, cuando los objetivos individuales de las personas conviven con los buscados por la empresa, es así como las responsabilidades funcionales de cada una de las estructuras de la pirámide deben trabajar en el consenso como base fundamental. Conseguir el compromiso de los integrantes de la organización, es encontrar una idea en común, es decir trabajar en grupo, crear un clima de trabajo e implementar la creatividad. Lo expuesto tiene que ver directamente con un concepto que tratamos al inicio de éste trabajo, la visión compartida que busca integrar grupos, participantes de distintos niveles y atrae a éstos a ser parte del objetivo planteado encontrando el compromiso y no la obligación o el acatamiento. Los objetivos tienen que ver con las preguntas de ¿Que ? o el ¿ Cuanto ?

Para poder alcanzar los objetivos se deben plantear las estrategias necesarias, que actúan como medios, caminos y alternativas. Es decir que se plantea el curso de acción elegido en base a una serie de cursos de acción alternativos. Resulta provechoso que las estrategias se planteen sobre cuestiones claves, para ello es muy importante que se hayan realizado correctamente los pasos previos y que estos cursos de acción tengan un impacto significativo respecto del objetivo buscado.

En cuanto a las características podemos decir que las estrategias deben contener los planes de acción a llevarse a cabo, el desarrollo de los procesos necesarios para esa tarea y el detalle de los recursos requeridos y su asignación.

Respecto de los tipos de estrategias encontramos las que se refieren a las de “resultado o salida”, como ser productos, diferenciación de calidad, estrategia competitiva, política de precios, mercado, canales de distribución y canales alternativos, etc. Es decir que éstos están directamente relacionados con el marco que planteamos al definir la Misión y nos sirven como guía para redefinir el concepto. En cambio las estrategias de “entrada” están directamente relacionadas con la obtención y utilización de recursos (RRHH, capital humano, tecnología, capacitación, financiamiento, etc).

Entonces, como cuando se planteaban preguntas en torno a los objetivos tales como ¿ que ? o ¿ cuánto ? cuando mencionamos las estrategias debemos preguntarnos ¿ cómo ?

Una herramienta muy conocida en gestión es la “Cadena de Medios y Fines”  que se utiliza como método para establecer Objetivos. Tiene que ver con el planteo de una serie de preguntas en forma secuencial, a través de cuestiones como ¿ para que ? La respuesta nos va dejando un objetivo de orden superior y es allí donde se van planteando nuevos logros a alcanzar, así como también las preguntas de ¿ como ? y la respuesta que determina los medios para alcanzar los objetivos. Es decir, que distintas preguntas van dando un ordenamiento al desarrollo de objetivos y a la definición de las alternativas posibles, por ende pueden darse distintos caminos para nuevos destinos que han surgido del análisis. Como conclusión podemos mencionar que un Objetivo es único por sí mismo y las Estrategias siempre deber ser alternativas.

Por último, podemos relacionar algunos conceptos importantes en planeamiento estratégico como es el vinculo que existe entre MISIÓN, GRUPOS DE INTERES y ESTRATEGIA.

VMOE

 

 

1) Análisis del impacto de los Grupos de interés

  • Identificar y reconocer los Grupos de interés
  • Establecer sus inquietudes
  • Determinar los más importantes para la organización
  • Identificar los objetivos estratégicos generados

2) Observando los Grupos de Interés Internos encontramos:

Accionistas:

  • Se expresan a través de Asambleas.
  • Su interés general es maximizar las ganancias y asegurar la continuidad de la empresa.
  • Desventajas o problemas:
  1. La aparición de compradores corporativos que adquieren bloques de acciones de empresas que siguen estrategias no consistentes con el interés del accionista.
  2. Cambian Patrimonio por Deudas al tomar prestamos bancarios para comprar las acciones y luego emiten bonos de la empresa para saldar esas deudas.
  3. Uso de los flujos libres de efectivo

De manera que el desarrollo de la estrategia, puede plantearse a través del ámbito Corporativo, de Negocios o Funcional. 

A nivel corporativo se refiere a que negocios debería focalizarse una organización para maximizar las utilidades a largo plazo, planteados desde una visión de Integración vertical, Diversificación, Alianzas Estratégicas, Adquisiciones o fusiones y nuevas operaciones.

A nivel de negocios, se debe seleccionar como se posicionará en el mercado para obtener una estrategia competitiva. También tendrá que revisar la relación que existe entre su estrategia de negocios y la estructura de la industria o sector en el que desarrolla sus actividades (Estrategias de Liderazgo en costos, diferenciación o enfocada en nichos potenciales). A nivel funcional, mejorar la efectividad de las operaciones (Producción, marketing, distribución)  

La inplantación de la estrategia debe encuadrarse en el diseño de la estructura de la organización a través de:

  • Otorgar los recursos necesarios para que la estructura se alinee con la estrategia a desarrollar.
  • Asignar tareas y responsabilidades.
  • Coordinar e integrar todas los niveles desde lo funcional hasta lo jerárquico.

También se deben implementar los mecanismos de control

  • Evaluar desempeños.
  • Controlar las acciones por sectores o departamentos.
  • Alinear intereses particulares de los miembros de la organización en relación a los desarrollados por la empresa.

Finalmente el manejo de los conflictos resulta más que relevante cuando se trate la inplantación de la estrategia. Por ese motivo se deben plantear mecanismos de defensa para contrarrestar los conflictos por las luchas de poder y la formación de coaliciones poco beneficiosas para la organización, así mismo los problemas originados por la resistencia al cambio deben tratarse con mucha seguridad. Como conclusión afirmamos que la planificación estratégica es un proceso complejo, planteado como un todo para la organización, donde los conceptos que desarrollamos a lo largo de éste articulo son parte necesaria de todo el proceso, y seguramente no detenerse en el análisis y revisión de cada uno de ellos llevará a la estrategia a un posible fracaso.

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Seis Trampas en la Toma de Decisiones Estratégicas

Beatrice Briggs y Ben Fuchs  

Cada éxito o fracaso en una organización, cada oportunidad aprovechada o perdida, es el resultado de decisiones tomadas por líderes empresarios.

Un estudio reciente de 400 decisiones importantes tomadas en los últimos 20 años en grandes organizaciones tanto del sector público como el privado, mostró que 50% de las decisiones terminaron en fracasos(1).

Este bajo índice de éxito fue debido, principalmente, al «factor humano» y al proceso de toma de decisión en sí mismo, y no a fuerzas externas más allá del control de quienes tomaron las decisiones. Más aún, en dos terceras partes de los casos, se cometieron los mismos tipos de errores.

La decisión de los Estados Unidos de invadir Iraq en 2003 muestra un ejemplo de los seis errores más comunes en la toma de decisiones.

1. Ignorar actores clave.

En el momento de la invasión a Iraq, el 63% de la población de los Estados Unidos y numerosos líderes internacionales querían que el Presidente Bush buscase una solución diplomática a la guerra. Algunos analistas militares cuestionaron la justificación de la invasión. No dar participación a actores clave en las deliberaciones, reduce el apoyo a la decisión final y puede impedir su implementación efectiva. En un ambiente corporativo, pueden ser actores clave los empleados, los proveedores o los clientes.

2. Comprometerse con una solución en forma prematura.

Es importante considerar un abanico de opciones antes de elegir una. En el caso de Iraq, sólo se discutió la solución preferida del presidente. Las otras opciones, como permitir que se completase el proceso de inspección de las Naciones Unidas, no fueron consideradas seriamente.

3. Uso inadecuado de información.

Para poder evaluar opciones, debe proporcionarse información confiable. Si la única evidencia admisible es la que apoya las ideas preconcebidas del líder, la decisión se basará en cimientos muy débiles. En nuestro ejemplo, el argumento del Presidente de que existían armas de destrucción masiva en Iraq después fue desacreditado totalmente por los hechos.

4. No dar lugar al disenso.

El debate enérgico es un ingrediente esencial en la toma de decisiones efectiva. Si se suprime el disenso, el marco de la discusión estará dado por cuestiones de lealtad o, en el caso de Iraq, patriotismo. El enfoque no es acerca de «¿Qué debemos hacer?» sino, «¿Estás a favor o en contra (de nuestra idea)?»

5. Consenso débil o falso.

Si no se cuenta con información confiable ni debate enérgico, las decisiones frecuentemente tienen poco o ningún apoyo. La gente que no se siente incluida en un proceso de toma de decisión difícilmente tenga entusiasmo para implementarla, o dar su apoyo si las cosas empiezan a salir mal.

6. Negar u ocultar señales de alerta.

Cuando, una vez tomada la decisión, las evidencias indican que los resultados no son los originalmente previstos, un líder inteligente enfrenta los hechos y reconsidera las opciones. Intentar ocultar, negar o ignorar la información que surge -o declarar una victoria prematura, como hizo el Presidente Bush- son señales adicionales de un proceso de toma de decisiones disfuncional.

(1Nutt, Paul C.Why Decisions Fail, 2002 (Por qué fracasan las decisiones)

Beatrice Briggs, fundadora y directora del Instituto Internacional de Facilitación y Cambio (IIFAC), es una consultora e instructora que ayuda a grupos en todo el mundo a trabajar en conjunto para alcanzar cambios positivos. Beatrice es nativa de los Estados Unidos y vive en México desde 1998. Se le puede escribir a bbriggs[@]iifac.org.

Ben Fuchs es un consultor del Reino Unido que ha estado largo tiempo asociado con IIFAC. Ben tiene más de 20 años de experiencia trabajando en el ámbito internacional con organizaciones y sus dirigentes. Trabaja como consultor, coach en liderazgo, capacitador y facilitador máster, con organizaciones empresarias y gubernamentales. Se le puede escribir a ben[@]iifac.org.

Fuente: Pensamiento Imaginactivo, post original aquí.

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Análisis estratégico, de la teoría a la práctica

Los célebres modelos de análisis como PEST, las Cinco Fuerzas Competitivas de Porter y las Competencias Clave de Hamel y Prahalad son muy útiles para un análisis a “alto nivel” de la estrategia. Pero, ¿cómo captar las características únicas y diferenciales de cada firma? A continuación, una guía para un análisis “hecho a medida”…
Por Gregorio Bekes
La estrategia es una pieza fundamental de cualquier compañía. Naturalmente, entonces, el análisis estratégico constituye una herramienta clave de las empresas para lograr sus objetivos.

Los modelos de análisis como PEST, las Cinco Fuerzas Competitivas de Michael Porter y las Competencias Clave de Hamel y Prahalad son muy útiles para un análisis a alto nivel de la estrategia. Sin embargo, difícilmente puedan guiar una revisión profunda porque suelen no ser capaces de capturar las características únicas de una firma y sus problemáticas diferenciales.

Para realizar una revisión estratégica en profundidad, es necesario seguir una metodología que permita capturar y entender las particularidades de la empresa: su visión, sus actores, su mercado, sus aspiraciones, su posicionamiento, la estrategia de sus competidores, etc. En resumen, se requiere un análisis estratégico “hecho a medida” que, partiendo de un diagnóstico profundo de la situación de la compañía y del contexto competitivo, culmine en un ejercicio integral de repensamiento estratégico.

El diagnóstico

Cualquier proceso de revisión estratégica comienza por un diagnóstico. En este primer paso, deben lograrse al menos dos objetivos: la construcción de una línea base y la explicitación de las aspiraciones de los grupos de interés (stakeholders).

La construcción de la línea base. Esto implica comprender la situación de partida de la empresa en cuatro aspectos básicos: desempeño comercial, desempeño financiero, desempeño operativo y capacidades.

De esta forma, podrá obtenerse una caracterización de la compañía: ¿A cuánto ascienden sus ventas? ¿A qué tasa están creciendo? ¿Esta tasa es mayor o menor que la del promedio del mercado? ¿Cuál es la participación de la firma en el mercado? ¿Cuáles son sus márgenes, sus líneas de producto, sus principales líneas de costos y su situación financiera? ¿Cuántas plantas o sucursales tiene? ¿Cuál es su modelo de distribución? ¿Cuántos trabajadores tiene la empresa? ¿Cuáles son los activos posicionales y sus capacidades distintivas? Éstas son algunas de las dimensiones básicas que deben establecerse en este punto inicial.

Las aspiraciones de los grupos de interés. No es inusual encontrar que el “ruido” en la dirección estratégica de una compañía tenga su origen en diferencias entre las aspiraciones de los miembros del directorio y de los ejecutivos.

Por esta razón, es fundamental explicitar cómo los accionistas confirman o ajustan sus aspiraciones y cómo los distintos grupos de interés adhieren a ellas y a la estrategia de la empresa. Es muy difícil ejecutar exitosamente una estrategia si quienes deben hacerlo no la conocen claramente o, directamente, no la comparten.

Incluso, el grado en que los directivos “hagan propias” las aspiraciones y estrategia es uno de los factores determinantes del éxito de la empresa. Para conocer estas aspiraciones, es necesario realizar entrevistas en profundidad con los actores relevantes (accionistas, CEO, directores, y demás líneas gerenciales) y sesiones participativas en talleres de trabajo (workshops).

Por ejemplo, durante el período de recuperación que siguió a la crisis de 2001, las casas matrices de las multinacionales radicadas en la Argentina solían tener una percepción distinta de las perspectivas del mercado argentino que la que tenían los responsables de las operaciones locales. En el exterior, primaba una actitud precavida. La mirada local, por el contrario, detectaba grandes oportunidades de crecimiento.

En muchos casos, la realización de ejercicios de revisión del planeamiento estratégico logró homogeneizar y consensuar la percepción del mercado entre la casa matriz y la plana ejecutiva local. De esta forma, fue posible establecer una dirección estratégica unificada, habilitando la captura de las oportunidades en el mercado doméstico.

Comprensión del contexto competitivo

Una vez comprendido el punto de partida de la empresa, el siguiente paso es la caracterización de la dinámica competitiva. ¿Cómo está posicionada nuestra firma en el mercado y cómo es percibida? ¿Quiénes son sus competidores y cómo están posicionados? ¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades relativas?

Además de la información de las compañías y del mercado, las entrevistas también son una de las principales fuentes de información para responder a estos interrogantes. En este caso, con clientes, socios, distribuidores, competidores y consumidores finales.

En nuestra práctica profesional, aplicamos este tipo de análisis para establecer la situación competitiva de una empresa industrial que buscaba redefinir su visión y plan de crecimiento para la siguiente década. Si bien la firma poseía el mayor porcentaje de participación de mercado entre sus competidores, sólo era percibida como líder en términos de calidad por sus clientes finales en algunas líneas de producto (en otras era considerada como “segunda marca”).

El análisis también permitió detectar que la red de distribución era muy superior a la de la competencia en algunas plazas pero débil en otras. Los precios, por su parte, tenían una brecha fácil de sostener en los productos líderes pero constituían una barrera para el crecimiento de ventas en los demás.

Gracias a esta caracterización se descubrió, además, que los principales competidores de la compañía variaban en cada sub-mercado. Así, surgió la necesidad de pensar una estrategia distinta (o, por lo menos, con variaciones) en cada uno de ellos.

A través de este ejemplo, observamos que el hecho de que una empresa sea número uno en participación de mercado no es suficiente para determinar su liderazgo. Es necesario un análisis pormenorizado que considere factores distintivos como la geografía o las líneas de productos.

Discusión Estratégica

Una vez realizado el diagnóstico y comprendido el contexto competitivo, es posible comenzar a repensar la estrategia.

Para estos fines, es muy útil la reconstrucción sintética del camino evolutivo: ¿Cuál es la estrategia que nos ha traído hasta la situación actual? ¿Qué aciertos (que debemos intentar mantener) y qué desaciertos (que debemos intentar corregir) hemos tenido en la ejecución de nuestra estrategia?

El énfasis, sin embargo, se debe colocar en el futuro: ¿Cuáles son las principales brechas en nuestro desempeño y cómo cerrarlas? ¿Qué escenarios se abren hacia delante? ¿Qué oportunidades se presentan? ¿Cómo se alinean con nuestro portafolio de negocios? ¿Cuán atractivas son las oportunidades? ¿Cuán costosas o riesgosas? ¿Cómo capturarlas? ¿Cómo integrar todo esto en una estrategia balanceada que atienda tanto el corto como el largo plazo?

Cuanto más inclusivo sea el ejercicio, más alta será la tasa de adherencia de los distintos actores relevantes y, por lo tanto, el compromiso del conjunto de la organización. En este sentido, la realización de talleres de discusión estratégica es una herramienta fundamental para la participación de estos actores y lograr que se apropien de las conclusiones y recomendaciones.

Volviendo al caso del apartado anterior, la empresa industrial en cuestión había alcanzado el liderazgo en participación de mercado concentrándose en sus productos más vendidos. Entonces, decidió reenfocar sus esfuerzos de crecimiento en sus otras líneas de producto y en las plazas donde tenía una presencia relativa menor (y, en consecuencia, mayor potencial de crecimiento).

Asimismo, la compañía decidió desprenderse de las actividades que no resultaban críticas para su negocio central. De esta forma, pretendía evitar la desconcentración de recursos que, hasta el momento, le había generado ineficiencias y pérdidas de foco de la gerencia.

Si bien esta nueva estrategia fue el fruto de un profundo trabajo analítico, la decisión final se tomó gracias a una serie de talleres de discusión donde participaron directores, gerentes y otros referentes de la empresa, lográndose así una visión de consenso y compartida por toda la organización.

En estas discusiones pueden utilizarse diversas metodologías analíticas como la evaluación de los escenarios posibles y sus probabilidades de ocurrencia para definir la mejor estrategia en cada uno de ellos, la aplicación de teoría de juegos para prever la reacción de los competidores o la realización de juegos de guerra (wargaming), una metodología de larga tradición en Booz & Company, para simular el impacto de las decisiones de la firma y la interacción con la competencia.

Existe una serie de marcos conceptuales muy difundidos que pueden resultar muy útiles a la hora de evaluar a alto nivel la estrategia de una compañía. Pero si lo que se pretende es lograr un ejercicio de repensamiento integral de la estrategia, adaptado a las características específicas de la empresa y de su contexto, y que además logre la aceptación y apropiación por parte de los miembros de la organización, la herramienta más adecuada es la que aquí hemos caracterizado como análisis estratégico “hecho a medida”.

Con algunas variaciones que pudieran producirse en su aplicación, los componentes básicos son los que hemos descrito aquí: una etapa de diagnóstico que nos permita construir la línea base de la compañía y las aspiraciones de quienes la componen; la comprensión del contexto competitivo; y la discusión estratégica.

Lo que resultará “hecho a medida” no es necesariamente la metodología, sino el entendimiento profundo y único de la empresa en sí misma, en sus personas y en su contexto competitivo, que permita a su vez plantear una nueva estrategia que no sea sólo un diseño teórico, sino una hoja de ruta efectivamente implementable y compartida por la organización.

Gregorio Bekes
Consultor Senior. Booz & Company

Post original: MateriaBiz y Grandes Pymes 

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