Planeamiento en escenarios de crisis

Por Estela Vázquez Fernández

“El planeamiento es proyectar un futuro deseado y los medios efectivos para conseguirlo….La planeación es algo que hacemos antes de efectuar una acción; o sea,  una toma de decisión anticipada. Es un proceso de decidir lo que va a hacerse y cómo se va a realizar antes de que se necesite actuar….Resumiendo, la planeación es un proceso que supone la elaboración y evaluación de cada parte de un conjunto interrelacionado de decisiones antes de que se inicie una acción.” (Ackoff, 1972) [1].

Si nos referimos al planeamiento estratégico, debemos señalar que el mismo hace  referencia a aquellas decisiones  primordiales para el porvenir de la empresa, proyectándose al largo plazo y siendo tomadas por la dirección de la empresa. Se trata de un proceso continuo, por lo que debemos  comprender que no hay plan definitivo, siempre se reverá y actualizará. Este concepto ayuda a la toma de decisiones, pero al referirse al largo plazo, no se aplica sobre crisis temporales y de urgente solución.

Por esto, ante una realidad de continuo cambio y en la que el empresario debe afrontar crisis tras crisis  económica, cada vez más profunda, esta planificación parece muy difícil de llevar a cabo. Cuando no percibimos pautas claras o, tal como acontece hoy en día, no podemos asegurar qué es lo que sucederá mañana, nos parece imposible poder planificar. Esto no es aplicable solamente en el ámbito económico sino también a nivel personal. La incertidumbre nos impide creer que se puede pensar en el futuro y planificarlo. ¿Es esto así?.

Para poder competir actualmente, se deben desarrollar prácticas de pensamiento estratégico. Éstas permitirán redefinir la posición en el mercado, vincularse con el medio en que nos desenvolvemos en forma más eficaz y “realimentarnos” de él,  estando, en consecuencia, más alertas ante los cambios que se presentan. Al no utilizar gestión estratégica, las empresas entre otras cosas no realizan una evaluación interna de sus recursos, desempeño, capacidades, estructura, tecnología, etc.,  para las que es necesario contar con prácticas de costeo, presupuestación, control de calidad y productividad, entre otras.

De acuerdo a la Teoría de la Complejidad, en las empresas es imposible prever las consecuencias de una acción. Por ende sólo es factible planificar en los casos en que cada acción tuviera resultados predecibles. Según esta teoría se torna difícil planear a largo plazo dados los constantes y numerosos cambios. En el caso del corto plazo, es más conveniente planificar ya que los efectos producidos por los cambios son más estimables. Siguiendo esta idea y de acuerdo a la realidad de nuestro país, que hace que las empresas se encuentren usualmente presas de las necesidades coyunturales, urgidas por la obligación de administrar las crisis, podemos realizar planeamiento a corto plazo, destinado a sobrellevar la crisis en la que estamos inmersos. Una vez que nos  encontremos en una situación de mayor equilibrio, podremos a partir de la estabilidad planear a un plazo mayor.

Proceso de Planeamiento

Debemos aconsejar y acompañar a las empresas durante este proceso. La empresa realizará un aprendizaje tanto de sus características, capacidades y potencialidades como de aquellos cambios y resultados que se vayan sucediendo. Se  convierte así el planeamiento en un aprendizaje estratégico.

Tradicionalmente se definían planes alternativos de acuerdo a posibles cambios, los cuales eran estimados. Hoy, para sobrevivir en un mercado en continuo cambio es necesario “visualizar el futuro”, pudiéndose, de esta forma tener una suerte de control de la situación sin importar como se sucedan los hechos en el futuro. Es necesario, entonces que la empresa tenga una estrategia en todo momento, la cual no deberá ser una estrategia única, sino que se irá modificando a lo largo del tiempo.

 

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